FIESTA DE LA PANDORGA
HISTORIA DE LA PANDORGA
Origen y significado de una fiesta única
Te preguntarás que significa La palabra «Pandorga». Si bien, no se sabe con certeza sus orígenes, algunos autores la definen como «todo fiesta», «instrumento musical del tipo de la bandurria o el laúd», «cometa», «mujer muy gorda y pesada» o «relacionado con la pesca». Pero para los ciudadrealeños este término se asocia a «fiesta», «celebración», «limoná», «zurra» y sobre todo, un homenaje a nuestra Virgen del Prado, en torno a la que gira toda la fiesta.
Orígenes históricos de una fiesta del Pueblo.
Desde tiempos inmemoriales, la «Pandorga» ha sido una celebración del pueblo, nunca institucional, en la que se elegía a una persona, generalmente adinerada, el «Pandorgo», que sufragaba los gastos de la celebración, invitando a todos los asistentes.
Sobre los orígenes y desarrollo de la Pandorga no se disponen de muchos datos. Ya en el siglo XVII un cronista tacha esta fiesta de antigualla, presentándola como hoy la conocemos, con la figura de un organizador de la fiesta. Algunos historiadores escriben que en el siglo XVI existía la costumbre de saludar a la Virgen con canciones populares la noche del 31 de julio.
La tradición en tiempos de cambio
Durante el siglo XX, la Pandorga ha estado sometida a vaivenes y avatares que han condicionado su celebración, pero la autenticidad de los principios que la componen, los que describen sus elementos esenciales y diferenciadores, la hacen fácilmente rebrotar en su escenario proclive; circunscrita a los dominios de la basílica, el templete, la terraza del casino, el paseo del prado y el camarín de la Virgen del Prado.
A principios del siglo XX, la Pandorga fue relegándose a cortas intervenciones musicales, visita a la Catedral y pasiva asistencia de transeúntes por el Prado, a pesar de los esfuerzos de algunos músicos y cantaores manchegos, como Mazantini o el tío Juan Chirimón, que se dice que cantaba las manchegas junto a la catedral el día de la Pandorga, con tal potencia, que se escuchaban en su pueblo natal: Poblete.
Siglo XVI
Primeras referencias históricas de la devoción a la Virgen del Prado en Ciudad Real.
1896
El Ayuntamiento concede 50 pesetas para la celebración de la Pandorga, marcando su apoyo oficial.
1912-1915
Periodistas como Francisco Herencia y Sastre Moreno reivindican la Pandorga, promoviendo su autenticidad y espíritu manchego.
1916
La Pandorga cobra esplendor con decorados, farolillos y la reactivación de la música y el baile tradicional.
1964
El Ayuntamiento asume la organización de la fiesta, incluyendo la procesión floral como parte del evento.
1978
Se populariza la vestimenta de camiseta blanca y pañuelo de yerbas, símbolo actual de la fiesta.
1985
La Pandorga recibe este reconocimiento, asegurando su proyección y preservación como una de las grandes tradiciones de Ciudad Real.
El Resurgir de la Pandorga
En aquellos años, en concreto en 1912, el periodista Francisco Herencia y el articulista Sastre Moreno reivindicarán a través de la prensa manchega, el ambiente de popularidad y poesía que hacían genuina a la Pandorga y el romanticismo de las noches del Prado por «la hermosura íntima de la copla manchega». En 1915, Francisco Herencia, el mismo día de la Pandorga, publicaba un artículo en el «pueblo manchego» donde imploraba a las personalidades del municipio que respaldaran una costumbre tan manchega. Pero fue, un canónigo, don Alfonso Pedrero, quien dio un determinante impulso a la Pandorga, convocando a todos aquellos que tuvieran conocimientos y facultades en cantar y bailar manchegas, e invitando a la degustación de espumosos durante su celebración. Todo ello fue interpretado por la prensa como la recuperación de la pandorga y el mancheguismo. Proliferaron los «aguaduchos», junto a los muros de la catedra, separados del tablao engalanado del paseo principal; como recuerda don Carlos Rojas, caracterizando la Pandorga de principios de siglo.
A partir de 1916, y pese a la suspensión de 1922 por la explosión del almacén pirotécnico que costó la vida de cinco ciudadrealeños, la Pandorga cobra un nuevo esplendor con el resurgir de las manchegas, los cada vez más lúcidos actos, dentro y fuera de la catedral, con decorados venecianos que engalanan el prado de farolillos y adornos en medio de una asombrosa participación.

Institucionalización y espíritu popular en los años 60 y 70
En 1962, un ciudadrealeño con el seudónimo de «el perchelero», publica en el diario Lanza lo que entiende por la Pandorga: «no es otra cosa, que lo que hay de eterno en el alma de Ciudad Real».
En 1964 el ayuntamiento asume la organización de la fiesta, declarándola como fiesta institucional, introduciendo una procesión floral desde el ayuntamiento a la catedral en la que participaban distintas bandas y agrupaciones musicales.
El aire cada vez más reivindicativo de la participación popular en las fiestas de Ciudad Real fue produciendo su desdoblamiento en dos celebraciones distintas y casi juntas: las Ferias de Ciudad Real, de carácter oficial, y la Pandorga, más reivindicativa y popular y donde era mayor la participación de los más jóvenes y amantes de las tradiciones manchegas.
Pronto la Pandorga construyó su protocolo y su moda. Todos los participantes en la fiesta empiezan a vestir lo que hoy en día es la indumentaria propia de la fiesta, camiseta blanca y pañuelo de yerbas anudado al cuello. Los primeros pañuelos, tradicionales del campo manchego, se dejaron ver en la fiesta del año 1978. Su introducción, atribuida a Carlos de la Torre, fue extraordinariamente bien recibida en el concurso I Concurso de «limoná» del año siguiente.
La renovación de la Pandorga: Tradición, identidad y reconocimiento.
La Pandorga, con alma sencilla y campechana, necesitaba el cuerpo que confirmara su carácter genuino y fue de forma espontánea, cuando reunidos un grupo de manchegos vinculados a las tradiciones en el despacho de Don Tomás Valle de la calle Ciruela, cuando éste desempolvó un documento que conservaba de su padre y que iba a ser el estandarte de la reconstrucción de la Pandorga y su escenificación. En este manuscrito, descubierto en 1980, se refleja el contenido tradicional de la Pandorga y la existencia del Pandorgo, figura de vaga y difusa referencia en otros documentos. Podemos decir que este hecho es el comienzo de una nueva etapa y de lo que hoy en día conocemos como Pandorga. Las celebraciones de la fiesta tradicional se engrandecen e intensifican, reapareciendo la figura del Pandorgo.
Es también en este año cuando se organiza el primer Festival Nacional de la Seguidilla, que ensalza otro de los elementos más tradicionales de la fiesta, la Seguidilla Manchega.
Será en 1985 cuando La Pandorga sea declarada «Fiesta de Interés Turístico Regional», experimentando un auge que continúa a día de hoy, convirtiendo al 31 de julio en el día más importante y la noche más larga para todos los ciudadrealeños que amamos nuestras tradiciones, dentro de una íntima esencia manchega.
Si no lo has hecho aún, tienes que venir a conocer nuestra fiesta, donde podemos asegurarte que no te faltará un buen vaso de limoná. La amabilidad y generosidad del ciudadrealeño y pueblo manchego en general son las mayores señas de identidad de ésta, tu ciudad.
Descubre los elementos de una fiesta única
Vive la Pandorga: Tradición, Sabor y Fiesta
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